En una artroplastia total de rodilla se busca obtener una articulación indolora con una buena alineación mecánica que permite un grado de movilidad 0º-100º y una calidad de vida con la sustitución de unas superficies articulares.
Contraindicaciones:
- Infección activa
- Insuficiencia vascular periférica grave
- Enfermedad neurológica que impide una buena recuperación
- Déficit aparato extensor
- Obesidad mórbida
Desde 1861 cuando Fergusson describió la primera técnica de artroplastia de resección de rodilla e interposición, los materiales y métodos han ido cambiando desde interposición de piel, grasa, musculo incluso vejiga de cerdo.
En los años cincuenta se empezaron a utilizar las prótesis en bisagra pero el movimiento de la flexión de rodilla no solo rota en un eje único como lo haría una bisagra si no se produce un movimiento de deslizamiento de los cóndilos femorales sobre el platillo tibial.
Desde el diseño codilleo inicial la prótesis rodilla ha ido evolucionando hacia los modelos que permite la conservación de ligamento cruzado posterior.
Respecto en cuanto a la cementación de las prótesis los fracasos precoces debido al aflojamiento tibial, desgaste de polietileno han sido superior en artroplastia no cementada que en el caso de las cementadas.
Al igual que con cualquier procedimiento quirúrgico estas intervenciones tiene riesgos:
- Sangrado
- Infección
- Trombosis venosa profundo .(Trombo embolismo pulmonar)
- Rigidez y aflojamiento.
Tras la intervención quirúrgica el paciente se ingresa varios días para el tratamiento de dolor e empezar un intenso proceso de recuperación permitiendo caminar con muletas con apoyo total de la pierna intervenida desde el 2º día postoperatorio bajo la estricta supervisión del equipo medico y fisioterapeuta.
La supervivencia de la prótesis esta siendo de 95% a los 15 años y 91% a los 21 años.
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